No hay mucho qué decir sobre una mesa, excepto si eres María Luisa. Si eres ella, entonces, las palabras abundan. Una mesa es su infancia, su historia, su vida. Una mesa es el lugar donde ocurre la felicidad, donde todo es preciso. Una mesa encierra su biografía, porque una mesa fue el comienzo de lo demás.
A Gabriela, su abuela, le gustaba cocinar. No tanto por el oficio de mezclar sabores y encontrar la sazón, sino porque servir la mesa era una acción que desencadenaba significados más profundos, y todos tenían que ver con el cariño familiar. De todas las profesiones que habían, la de cocinera era la más grata. Con ella podía celebrar los cumpleaños de sus nietos con brownies, las Navidades con tortas, los días corrientes con cocadas. Con ella podía encarar al amor, sentirlo cerca tanto como es posible.
Un ingrediente: la mantequilla.
Una comida y un postre: la pasta y el pie de limón.
Qué te hace muy feliz: comerme un postre.
Un hobby favorito: dibujar.
Un bocado de sal: una arepa con mantequilla y queso.
Un sueño: conocer la Aurora Boreal.
Después de que murió, todo su ingenio quedó atrapado en las manos de María Luisa, porque hay dones tan especiales que se quedan a vivir en varias personas para no extinguirse. Este, el de la gastronomía innata, era uno de ellos. A pesar de estudiar Diseño Gráfico, y trabajar varios años en ese campo, su alegría más genuina la sentía en la cocina. Preparaba el almuerzo diariamente, jugaba con los ingredientes, acompasaba su ritmo al del horno. Siguió, sin proponérselo, el andar de su “Tita”.
Entonces, llegó el día en el que decidió inscribirse al programa de televisión Máster Chef y, a pesar de su incredulidad, quedó seleccionada. Llegaron los meses donde estuvo encerrada en un estudio; cocinando, cocinando, cocinando. Llegaron los aplausos por su torta de manzana y nueces (herencia de su abuela). Llegó un tercer puesto merecido y un amor inesperado, Federico.
Cuando el remolino terminó, supo que en eso gastaría su tiempo. Desempolvó el recetario que su abuela le dejó como manifiesto y pronto cada ficha encajó por su propio peso. Entre su hermana Manuela, Federico y ella crearon La Nostra: de nuestra, de propia, de nosotros, de hogar, de refugio, de todo lo que habita dentro. Porque a eso dedican sus vidas: a diseñar postres personalizados, que es, en otras palabras, desenterrar los gustos de otros, interpretarlos. Se esfuerzan, cada uno, en seguir el camino que sus clientes les dictan.
María Luisa, metódica y creativa; Federico, estratégico y propositivo; Manuela, soñadora y arriesgada. Después de conversar con ellos, hacen una lista con las ideas que surjan. Dibujan, rayan, imaginan. Y, luego, el laboratorio de la alegría: pesar cantidades, escribir, mezclar, probar, armar, encontrar la fórmula irrebatible de un nuevo encanto.
La repostería de La Nostra es limpia, sobria, suave, húmeda, artesanal, con ingredientes naturales y de calidad muy superior. Pero es, sobre todo, una repostería que acude al paladar propio. Les interesa mimar el gusto particular, y no el general, pues les interesa contar que ese postre lleva uchuva y arándanos, o chocolate y pistacho, o avellana y maracuyá porque a los novios les fascina esa combinación. Y así, sucesivamente, cada creación pertenece a la inconfundible individualidad de alguien.
Por supuesto, hay un equipo al lado, que ha crecido con el mismo ímpetu con el que ellos tres respiran. Hay un equipo al lado, que ha seguido el ejemplo exigente y perfeccionista. Hay un equipo al lado, que ha aprendido ese don de Gabriela, ese de María Luisa, ese de Manuela, ese de Federico. Hay dones que son talismanes, oráculos, chispas imposibles de esquivar. Hay dones poderosos, capaces de inventar La Nostra.
María Luisa (Medellín) y Manuela (Bogotá)
304 4777195 - 305 2449122
lanostracocinataller@gmail.com
Medellín y Bogotá.
¿Cuál es el rango de precios?
Nuestras tortas básicas empiezan en $6.500 pesos la porción hasta $9.000 la porción. Los postres van desde $3.000 hasta $6.500
¿Tiene el servicio de domicilio?
Sí. Tenemos chef en casa: vamos a montarlo hasta tu casa. Y tenemos cobertura en Bogotá y en Medellín y a las afueras de ambas ciudades.
¿Hay cita de prueba?
Sí. La cita tiene un costo si no nos eligen, si nos eligen para la celebración ese valor lo descontamos.
¿Con cuánto tiempo de anticipación hay que buscarlas?
15 días mínimo es lo ideal.
¿Cómo es el pago?
Efectivo o transferencia. 20% de anticipo y una semana antes del evento, el restante.
¿Cuánto es lo mínimo que puedo pedir?
12 unidades por referencia.
(57) 315 383 6348 + (57) 310 549 0848 info@lalibretamorada.com
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