Al servicio de La Carpintería cada uno pone lo que mejor sabe hacer. David, su herencia y experiencia maderera; su habilidad comercial, para dirigir, para proyectar metas y cumplirlas. Daniela, su formación como arquitecta, su sensibilidad por el diseño, por la moda; su capacidad para entender los espacios.  

El alto valor que le dan a la familia lo trasladan a su taller, a las relaciones que crean con quienes hacen parte de su equipo –carpinteros, pintores, instaladores, arquitectos y diseñadores–. Entienden que ese espacio, más allá de albergar máquinas, maderas, polvo, taladros, martillos, sierras y serruchos, significa una  oportunidad de progreso para todos. El interés de Daniela y David ha sido siempre el de mostrar una marca cercana, humana, amigable, joven. Basta darle un vistazo a sus redes sociales para entenderlo.

Fresco, simple, básico, así también es el diseño que proponen en La Carpintería; líneas limpias y atemporales que le dan protagonismo a la funcionalidad del mueble y a la belleza natural de la madera –roble y pino de bosques plantados–. Les gusta la madera con sus vetas, sus nudos, sus imperfecciones, su historia a la vista.

Con el blanco y otros toques de color, aplicado en dosis justas, refuerzan su estética con aires escandinavos.

Visitar su tienda –otro sueño cumplido– es la oportunidad de antojarse de una selección de sillas, objetos y accesorios decorativos y de acercarse a sus diseños: camas y mesas de noche, comedores y butacos, bancas y mesas de centro, estudios y otros muebles auxiliares. Y que, luego de recorrerla, la próxima visita sea la del equipo de La Carpi a la casa del cliente.

Porque esa es la mayor fortaleza de La Carpintería, el diseño de mobiliario personalizado, hecho a la medida de los gustos, las necesidades y la forma de habitar de quien los busca.

Acompañar a las parejas de recién casados en el proceso de amoblar su nuevo espacio los llena de emoción. Quizás porque lo viven como un espejo, porque remueve en ellos la misma ilusión con la que construyeron su hogar, ese que como en su empresa, también pusieron todo su amor y buena energía.