Comunicadora Social y Periodista de la UPB, especialista en Administración de Empresas, su paso por tres compañías -Eduardoño, Atlético Nacional y Plaza Mayor- en 12 años de ejercicio profesional tuvieron un común denominador: realizar eventos. Cuando ahora mira al pasado, reconoce en ese tiempo su mayor escuela, esa que le dio la formación y experiencia para sentirse tranquila y segura en lo que hoy hace: bodas y eventos bien planeados. Es su lema.

Planear bodas nunca estuvo entre sus planes. Cuando después de esos 12 años laborales decidió hacer un alto, descansar y volver a barajar, recibió como regalo de su esposo la oportunidad de certificarse como Wedding Planner, en Inibep. Lo hizo motivada por respetar el medio, porque cree en el valor de estudiar, de aprender, de saber que todo tiene un paso.

La primera boda le llegó de forma inesperada y desde entonces no ha parado. Disfruta su trabajo, acompañar a unos novios que empiezan a construir un proyecto de vida, soñar con ellos y hacer que todo se haga realidad.

Ponerle el corazón, pasión y amor, eso Isabel lo da siempre por hecho en todo lo que hace, no lo concibe de otra forma.

Su apuesta es más porque sus clientes entiendan que la planeación tiene un soporte muy fuerte desde lo económico. Ahí reconoce su mayor fortaleza. Le gusta que la busquen porque confían en ella, porque quieren tener la tranquilidad de contar con una persona experta que les va a gerenciar su plata, su proyecto, su sueño. Sin sorpresas.

Darle forma a ese sueño desde el inicio, estar en todo el proceso de la planeación de una boda, eso es lo que más le gusta a Isabel. Elegir la locación, el tipo de ritual, buscar los proveedores, definir el presupuesto, ir a las citas, brindar una asesoría permanente. Eso la mueve. Lo hace porque cree en el amor y en el poder de celebrar, de celebrarlo.

No importa cuántas bodas haya hecho, una sensación de vacío en el estómago siempre aparece antes de la ceremonia. No le molesta. Cuando no ocurre, se preocupa, siente que algo le hace falta. Y ahí está la Isabel que desconfía, la que siempre vuelve a llamar, a preguntar, a confirmar. La que le da miedo no sentir miedo. La que tiene por consigna que nada que no esté escrito existe ni es verdad. La que aprende de todo lo que le pasa, de los aciertos y los errores. La capricornio, la que cree, por experiencia propia y como nadie, en la fuerza del amor.