Tatiana es la suma de muchos porqués. Baila y canta con una alegría sutil cuando escucha una canción de salsa, porque su papá es músico. Le gusta la fotografía porque guarda lo que su mala memoria no. Se enfoca en los detalles porque es diseñadora. Lleva en sus venas la profesión de fotógrafa porque su bisabuelo era Francisco Mejía; el autor de las reconocidas fotos a blanco y negro de las personas caminando por el centro de Medellín.
Así, con todo. Como una cámara: donde cada elemento cumple una función que al sumarlas, retratan. Era 2008. Después de cuatro semestres, Tatiana había soltado el sueño de ser médica y se había envuelto en el Diseño Gráfico. Un día, de esos comunes, su papá, (pianista, vocalista y saxofonista) le hizo la pregunta: ¿por qué no tomas las fotos de los eventos a los que yo voy? Y la respuesta se le convirtió en el proyecto de su vida.
No empiezas a trabajar sin antes: escuchar música.
Qué te hace muy feliz: los animales.
Y qué logra enojarte: la impuntualidad.
Un plan perfecto: viajar, es mi hobby.
Un viaje soñado a: Nueva York.
Un sueño por cumplir: tener mi familia.
Una Canon XTi, su primera cámara, gracias a los ahorros de su mamá, unos nervios más grandes que el flash y unos novios felices, muy felices, fueron sus primeros insumos en el mundo fotográfico. Después de eso, vendrían cuatro años de bautizos, matrimonios, primeras comuniones, fiestas de quince. Cuatro años de retratar un sinnúmero de sonrisas, de adquirir agilidad, de aprender a manejar la cámara no solo con el manual que traía, de crear su propio sello, de buscarlo, de encontrarlo. Cuatro años para definir quién sería: fotógrafa de bodas.
La contratan para eso, para ser la fotógrafa de un matrimonio. Sin embargo, Tatiana es más que eso. Es la sombra invisible que va capturando los recuerdos indelebles de aquel día. Es la amiga que les va preguntando por historias que logran sacar la mejor sonrisa, el abrazo más cálido, la expresión más dulce.
Es la lupa que está pendiente de todos los detalles para darles el lugar que se merecen. Es la cámara que está presente todo el tiempo pero no se siente. Es el lente que busca más que fotos, momentos; más que parejas, la esencia de un amor; más que perfección, emociones.
Su inspiración fluye musical y cinematográficamente. Imagina, muchas veces, que esos recién casados son los protagonistas de una película y los guía, al son de la luz y las notas mientras ellos olvidan que detrás, delante o al lado está un lente y entonces dejan que eso que son, que sienten, salga a la luz y Tatiana, que sigue muy presente, presiona el obturador en el segundo exacto. Así es su trabajo. Preciso. Limpio. Impecable. Sencillo. Natural. Romántico. Es el negativo de una foto de su esencia.
Tatiana Garcés Mejía
317 575 95 35
tatianagarcesm@gmail.com
¿Con cuánta anticipación hay que buscarte?
Lo idea es con seis meses de anticipación.
¿Cómo es el pago?
50% para separar el servicio y 50% una semana antes del matrimonio.
¿Tienes posibilidad de desplazarte?
Sí. Ya he sido fotógrafa de matrimonios en varios países y ciudades.
¿Cuál es el rango de precios del servicio?
Desde $3.500.000 hasta $6.000.000
¿Hay posibilidad de que tú me entregues las fotos impresas y en álbum?
Sí.
(57) 315 383 6348 + (57) 310 549 0848 info@lalibretamorada.com
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Sata Orrego 08-03-2018 21:03
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