Los arreglos florales fueron su primer acercamiento al mundo de los matrimonios. Pronto se dio cuenta de que podía ir más allá del ramo y el centro de mesa, y acompañar a las novias en todo el proceso. Certificada como planeadora de eventos, el servicio de Wedding Planner entró a formar parte del portafolio de Flores de Abril, del que también hacen parte los de Decoración y Mobiliario .

Crecer paso a paso, con el miedo y la ilusión al mismo nivel, ha sido clave para María Antonia como directora creativa. También hacerlo en familia. Su esposo y consejero, Juan Fernando, está a cargo de la dirección administrativa; y su hermana, Carolina, es su coequipera en la planeación de las bodas. Doce personas más se suman a su grupo de colaboradores, que aumenta los fines de semana.

Compinches, aliadas, amigas. Eso buscan ser María Antonia y Carolina para las novias que llegan a ellas con el deseo de que organicen su boda.

Y cada una pone su sello, y se complementan: María Antonia, su creatividad, su estilo, su habilidad para el diseño, para entender y traducir el lenguaje de cada pareja; y Carolina, su sonrisa cálida, que transmite confianza; su compañía constante, incondicional.

Las une la pasión por los detalles, por cumplir el sueño de cada novia, de cada pareja. Y cuidarlos, porque finalmente de eso se trata: de guiar sus decisiones y elecciones, de manejar con acierto su tiempo y su presupuesto. De respetar sus ideas y aterrizarlas, de que todo en la boda hable de ellos, de su esencia, de lo que son. De brindarles tranquilidad.

Verles la cara de felicidad a los novios, y en especial a ellas, es la mayor satisfacción para María Antonia. En los abrazos y mensajes de agradecimiento encuentra la recompensa a un trabajo de meses, hecho en equipo, hecho con pasión. Y así logra, sin quererlo, que para muchos la dupla abril+flores tenga también un significado especial, para siempre.