Dos triángulos, simétricos en forma y tamaño, pero dispares en color y ubicación, las representan. Cata no dudó en identificarse con el vinotinto y Juli hizo suyo el rosa. Juntos expresan equilibrio, balance, plenitud. La tranquilidad es clave para ellas, sentirla y transmitirla a sus clientes, lograr que sus novios confíen y disfruten tanto como ellas el proceso de organización de su matrimonio, que tengan la seguridad de que en sus manos todo saldrá como fue planeado. “Nuestro sueño es cumplir el tuyo” es su lema, su guía.

Ser (ali)hadas madrinas, esa idea las define. Creen en la magia, en el poder de celebrar los momentos especiales, esos que marcan la vida. Trabajan para que cada boda tenga una energía diferente, única; la energía de cada pareja, que lleve su historia, su huella particular. Por eso, como wedding planners no buscan proyectar un estilo, sino construirlo a partir de la esencia de los novios.

Cata y Juli tienen por labor leerlos, hacer clic con sus emociones, ser cómplices de sus gustos, de sus deseos. ¡De una! y ¡Todo va a estar bien! Dos frases que pronuncian como forma de mantra, de pequeño “conjuro”, de motor para que lo que imaginan con cada pareja simplemente pase, se haga realidad.

Ir siempre un paso adelante es su reto diario, igual que acompañar a los novios en las decisiones más importantes, como volver real un presupuesto y darle un manejo eficiente, responsable. Saben rodearse de proveedores que admiran, con los que comparten principios de confianza y transparencia, que le imprimen a su trabajo el mismo nivel de cuidado y energía para que el día de la boda cada detalle sea perfecto. Cata y Juli no tiene alas ni varitas, pero juntas, como Alihadas, buscan crear momentos mágicos, felices, de esos que se recuerdan siempre con una sonrisa.