Nueva York compartida

Luna de miel - Viajes

Viajar es conciliar, es encontrar puntos medios, es darnos gusto y darle gusto a quien nos acompaña. Cada pareja viaja diferente, no hay fórmulas que garanticen que una forma sea mejor que otra. Depende de los dos, de los gustos, de las personalidades, del presupuesto, de las prioridades. Cuando viajamos, por ejemplo, a nosotros no nos gusta mucho hacer los típicos recorridos de turistas, pararnos frente a un monumento, tomarnos una foto y entrar a la primera tienda donde nos cobren el triple por un helado. Sin embargo, amamos el famoso "turibus" hop on - hop off con sus recorridos predeterminados y sus paradas fijas porque sentimos que es la mejor forma de hacer una inspección primaria de la zona, ubicarmos espacialmente, no perderse nada y volver a explorar eso que más nos interesa de ese recorrido. Y aún así, lo que más valoramos son las experiencias de alguien que haya vivido la ciudad. A dónde ir, qué comer, dónde comprar, a qué hora es mejor, qué día es más conveniente. Nos gusta dejarnos llevar, aún cuando planeamos.

En una ciudad de todos y para todos descubrí que el mejor destino es aquel que se construye con las recomendaciones de quienes se alegran con tu felicidad, de quienes quieren siempre lo mejor para ti. Esta es mi #NuevaYork. De la mano de mi esposo, en nuestro tercer aniversario de casados. Pero también es la Nueva York de Cami, de Vale, de Anita, de Marce, de Sylvana, de Cata, de Caro, de Juli, de Eli, de Pao, de Dani, de Lu, de Nati y ahora de ustedes. Porque si agradecer por lo que la vida nos regala es bonito, compartirlo con el mundo es tres veces más. “No te pierdas ________”, “Tienes que ir a ________”, “En ________ venden la mejor hamburguesa”, “No te vayas sin ir a ________”.

Si me dieran quince segundos para responder con palabras sueltas qué esperaba de esta ciudad, se me ocurren: disfrutar, caminar, comer, perder(me), descansar, planear, soñar, trasnochar, recordar, preguntar, leer, fotografiar, desayunar, pensar, celebrar. Ya fui, ya volví y Nueva York, bastante generosa, me lo dio todo. Lo que esperaba y mucho más. 

Antes de empezar, unas palabras de Borja Vilaseca que son nuestro manifiesto y amuleto antes de cualquier viaje. 

“Para viajar en grupo de forma pacífica es necesario que cada miembro se comprometa a llevar en su maleta cinco cualidades emocionales, imprescindibles para disfrutar plenamente de la experiencia. La primera es la paciencia, es decir, comprender que cada persona tiene su propio ritmo y que las cosas no siempre salen como esperamos. La segunda es la flexibilidad. Dado que cada persona tiene su punto de vista, con valores diferentes a los nuestros, es fundamental saber adaptarnos a las necesidades y preferencias de los demás.

La tercera es el respeto. Para incorporar esta competencia emocional en nuestro equipaje, basta con que nos preguntemos qué preferimos: ¿tener la razón o ser felices? ¿Imponer lo que queremos o estar en paz con nosotros mismos y con los demás? ¿Entrar en conflicto con nuestros compañeros de viaje o aprovechar la experiencia para fortalecer nuestro vínculo afectivo? La cuarta es el sentido del humor. Saber reírnos de nosotros mismos con nuestros compañeros, así como de los contratiempos, es un antídoto contra cualquier enfado.

Por encima de la paciencia, la flexibilidad, el respeto y el sentido del humor se encuentra la cualidad más necesaria de todas: la gratitud. Suceda lo que suceda, no hemos de olvidar nunca que cualquier viaje es en sí mismo un regalo. Lo más importante es tener la oportunidad de experimentarlo”.

*Todas las fotos son propias, tomadas con iPhone :) 

TIQUETES

Voy a hacerles una confesión. Las compras online y yo tenemos serios problemas de comunicación. Soy de las que revisan doscientas veces antes de dar clic en el botón pagar, con frío incluido en el estómago y, además, siempre siento que anoté mal algún dato. Tampoco soy la más hábil buscando, aunque he mejorado con el tiempo, ahí voy. Menos mal para todo lo relacionado con viajes desde hace cuatro años tengo a una amiga agente de viajes que me consiente, me corre y me da las mejores tarifas para vuelos y hoteles. Itala, este agradecimiento es para ti. 

TRANSPORTE

Volamos Medellín–Nueva York, directo, a las once y media de la noche, y llegamos al aeropuerto JFK un poco antes de las seis de la mañana. Hicimos todo el proceso de aduana, reclamamos las maletas y buscamos la señal del AirTrain que, tranquilos, está por todas partes. Fuimos hasta la estación Jamaica, que es la última. Allí pagamos cinco dólares por ese trayecto y compramos la Metro Card, que les da viajes ilimitados en metro y bus durante una semana por 31 dólares. Tomamos la línea E (la azulita) hacia Midtown y cuarenta minutos después llegamos a la estación Seventh Avenue, al frente de nuestro hotel.  

Otras opciones:

- Uber: 40–50 dólares, aproximadamente. Depende de la hora.
- Taxi: tarifa fija a partir de 80 dólares.
- Transfer: se coordina con el hotel o la agencia.

Dentro de la ciudad el metro te puede llevar prácticamente a cualquier lugar. Al principio da un poco de angustia, porque hay trenes exprés, locales y un montón de líneas que confunden, pero al segundo día ya entiendes el sistema y eso te da la confianza para moverte como un local. A diferencia del metro de otras ciudades, aquí no tienes que mirar cuál es la última parada de la línea que quieres coger. Tienes que guiarte por las palabras Downtown y Uptown. Por ejemplo: si estás en Times Square y quieres ir a Harlem, pues vas hacia arriba, así que Uptown. Si quieres ir hacia el Distrito Financiero tienes que ir hacia abajo, Downtown. Ni mapas de papel ni aplicaciones, la MEJOR ayuda es Google Maps, que proporciona ubicación actual, líneas de metro, de buses, distancias y tiempo exacto para todo.

COMUNICACIÓN

Nunca me cansaré de recomendarles a Conecty. Viajamos con una sim card de 10GB de datos móviles, una súper opción para estar conectada a internet sin la preocupación de buscar restaurantes o lugares con wifi gratis. Velocidad, cobertura y soporte técnico. Sí, importante para redes sociales, correo y Whatsapp, pero más que eso, para navegar Google Maps. Créanme, será su nuevo mejor amigo para moverse en la ciudad. También incluía llamadas ilimitadas a Colombia y dentro de Estados unidos, llamadas que nunca pensé usar, pero que con el paro de Avianca y la cancelación de nuestro viaje de regreso, supimos valorar. Tienen paquetes para Estados Unidos, Europa y Asia. Les dejo el enlace para que encuentren el plan que mejor se adapte a sus necesidades.

HOTEL

Hicimos la tarea completa. Buscamos apartamentos y habitaciones por Airbnb. Miramos varios hoteles, pero los que más nos gustaban o estaban ocupados, o no nos convencía la ubicación o se salían de nuestro presupuesto. Llamamos de nuevo a Fenikás Viajeros para ver si nos podían ayudar a encontrar algo y, una vez más, lo lograron. Nos dieron una súper tarifa para alojarnos en el Wellington Hotel, en todo el centro de Manhattan, a dos cuadras del Central Park y tres de Times Square. Era nuestro primer viaje a Nueva York (porque cuando tienes 8 años y vas con tus papás no cuenta, ¿cierto?) y soñábamos con un lugar central que nos permitiera descubrir la ciudad tranquilos. Estábamos medio ñoños la verdad y no queríamos sorpresas. ¿Cumplió nuestras expectativas? Las superó. ¿Lo mejor? La ubicación, sin duda alguna.

*En un próximo viaje probablemente buscaremos una habitación o un apartamento en una zona más residencial, apartada de lo turístico. Ahora que entendemos a Nueva York espacialmente sentimos más seguridad y confianza para hacerlo.

COMIDA

Comer hasta querer caminar, caminar para poder comer. Nueva York para brunch adictos. Una ciudad que sabe a desayunos a mediodía. A dulce y a sal. A variedad. A gula. Comer, la mejor parte del paseo y la lista más larga de recomendados. Disfruten cada bocado sin remordimiento, van a caminarlos todos. Buen canje, ¿no?

Cafe Henrie. Avocado toast y un Acai bowl. Fotogénico, mesitas rosadas y platos azules. O viceversa.

Jack’s Wife Freda. Que todas las comidas del día sean desayuno. Y que todas sean en este lugar. Hay uno en Soho y otro en West Village. 

The Butcher’s Daughter. Fuimos a desayunar al que está en Nolita. El lugar es divino, con mesitas llenas de cactus y sillas amarillas. La comida deliciosa, con opciones vegetarianas y veganas.

The Standard Grill. Pedimos pancakes, huevos benedictinos y jugo de naranja. A The Standard fuimos por el desayuno, pero volvimos por sus rooftops con vista al río Hudson y a New Jersey.

Chelsea Market. Un plan puede ser caminar por el High Line, antigua línea férrea, y llegar con mucha hambre a Chelsea Market, una bodega estilo industrial con varios restaurantes para picar. Techos altos y ladrillo a la vista. Recorrerla es un placer.

Recomendados:

- Comer perro de langosta en The Lobster Place. También encuentran muchas opciones de sushi para llevar.
- Si son buenos para el picante, no dejen de ir a Los Tacos.
- Ir a Fat Witch Bakery y comprar un par de brownies. El tradicional o el double chocolat son para morir.
- Si les gustan los libros y todo lo relacionado con papelería, tanto como a mí, entren a Posman Books.
- Sarabeth’s. Buena opción para desayunar. El sánduche de aguacate, tomate y queso es una delicia.
- Hay un Anthropologie a la entrada (muchos corazones morados).

Eataly. Pizza, pasta, quesos, mariscos, helados, vinos. Sabores italianos. Hay dos, uno en Downtown y otro en la Quinta Avenida, por el Flatiron. En este último encuentran el Nutella Bar y la Birreria, un rooftop con cervezas artesanales y comida rica. Nosotros pedimos una tabla de quesos y carnes frías para compartir. Claro, con un buen vino.

Umani Burger. Hamburguesas gourmet pa-ra-re-pe-tir.

The Spotted Pig. Muchos premios y recomendaciones. Hamburguesas y cervecería.

by Chloe. Vegano que sorprende. Opciones saludables y deliciosas.

J.G. Melon. Un lugar sin pretensiones. La carne de hamburguesa, para nunca olvidar.  

Shake Shack. Clásico de clásicos. No te vayas de Nueva York sin comerte una hamburguesa con papitas fritas rizadas en este lugar.

Gray’s Papaya. Perritos calientes famosos por películas y por Anthony Bourdain. Hay que probar el jugo de papaya. Abierto las 24 horas.

Luke’s Lobster. Perros de langosta, camarones y cangrejo. Un poco costoso, pero vale la pena.

Carlo’s Bakery. La repostería de Buddy Valastro, del programa Cake Boss.

La Esquina (The Corner). Sí o sí, hay que ir. Por el ambiente, por la comida, por los precios. Hay uno en Williamsburg (Brooklyn), otro en Midtown y otro en Soho. En este último se arma una rumba buena, así que si tienen ganas de bailar, reserven y vayan.

Balthazar. Si tienen buen presupuesto vayan a este bistró francés, por favor. Desde las 7:30 a.m. tienen croissants o pains au chocolat recién horneados. También abren a la hora del almuerzo.

Tacombi. En una especie de garaje, en el barrio Nolita, los mejores tacos preparados en un Volkswagen vintage. Por su ambiente, sus lucecitas y su sabor, súper recomendado.

The Halal Guys. Comida árabe callejera. Quizás el foodtruck más famoso de NY. No se asusten por la fila, se mueve muy muy rápido.

Katz's Delicatessen. Los mejores sánduches de Pastrami y Corned beef de la historia. Son gigantes, mejor pedir para compartir.

Café Habana. Un restaurante pequeño, ideal para tardear. Por favor pidan la mazorca asada (grilled corn) con queso y otros toppings. El resto de los platos son tex-mex, cubanos o latinos.

Peter Luger Steak House. Para los amantes de la carne, una parada obligatoria. No olviden reservar con anticipación.

DO. ¡Cookie dough lovers! Masa de galleta comestible, muy rica, pero MUY dulce. Yo, que soy cosita seria con el dulce, quedé bien al segundo mordisco.

Chikalicious. Helados en cono de churros.

Zona de comidas del Hotel Plaza. Emblemático. Hay que ir a conocer y a comerse una porción de torta de Lady M.

Levain Bakery. Las galletas se llevan el primer lugar.

Max Brenner. En una palabra: chocolatería. En tres: pizza de chocolate.

Mochidoki. Los mochis, campeones oficiales del paseo. También los consiguen en Whole Foods Market, están en una neverita. ¿Alguien que me haga el favor de traerlos a Medellín? Adicción.

230 Fifth Rooftop Bar. Una terraza con vista privilegiada al Empire State Building y a otros edificios emblemáticos. Fuimos al brunch, pero está abierto todo el día.

Wasabi. Fast sushi listo para llevar. ¡Qué buena idea para los que amamos el sushi!

Pizza Beach. Pizza. Beach. Sleep. Repeat.

Whole Foods Market. Entrar y que pasen las horas sin darse cuenta. Una cadena de supermercados saludables para llenar el carrito de cosas increíbles, para deleitarse con las barras de comida preparada, para comprar y llevar.

Le Pain Quotidien. Cafecito famoso, muy rico para desayunar, para tener un almuerzo ligero, comer algo a la media mañana o el algo. Hay muchos, van a la fija.

Pret A Manger. Una súper buena opción para desayunar. Rápido, saludable y a muy buenos precios.

Black Tap. Malteadas famosas. Famosas, gigantes y deliciosas. Si quieren algo de sal, venden hamburguesas muy ricas también. 

Rice To Riches. Arroz con leche de sabores. Rico ir y probar, pero más rico ir a conocer el concepto y la comunicación de la marca.

Magnolia Bakery. Delicioso todo, pero por favor, pidan el pudín de banano.

Tanner Smith’s. Al lado de nuestro hotel. Cocteles, vinito, cervezas y buena comida. Los motivos para brindar los lleva cada uno. En Midtown.

Genuine Liquorette. Nadie se imagina lo que hay hasta que baja las escaleras. Recomendado por el ambiente, la música, la presentación de sus cocteles. Lo encuentran en Soho.

El original, en Hoboken.

SHOPPING

Es evidente que a Nueva York no fuimos de compras. ¡Fuimos a comer! Sí señores. Sin embargo, un domingo por la tardecita estuvimos en Jersey Gardens, un outlet en New Jersey, a solo 30 minutos desde Manhattan. Van al Port Authority Bus Terminal y buscan el 111, que se toma en la puerta 222. Una buena alternativa para comprar ropa a buenos precios y, sobre todo, con un tax mucho más bajito que el de NY.

Si están leyendo esta Libreta morada no pueden dejar de ir a ABC Carpet. Siete pisos de decoración para enloquecerse y llenarse de inspiración. De inspiración y nada más Mariana, porque todo hay que decirlo: es carísimo. Lo recorrí casi dos horas y no me quería ir. Cuando salí, Andrés me vio y me dijo: ¿Todo ese tiempo y no compraste nada? Después le mostré un par de etiquetas con los precios y entendió la razón de mis manos vacías. Rico ganar en dólares para comprar en dólares y que así no duela tanto la conversión. Cuando salgan, pasen al frente, a Fishs Eddy y, aquí sí, dense todo el gusto que quieran, los precios son muy razonables y todo el almacén es divino.

Si pueden, busquen la tienda de MUJI más cercana y dense una pasadita. Nosotros estuvimos en la de Williamsburg y es espectacularrrrr. 

LUGARES DE INTERÉS

Nueva York está llena de museos, de observatorios, de shows de Broadway, de planes por hacer. Nunca se agota, siempre hay algo. Nos recomendaron mucho comprar el New York Pass o el City Pass, tarjetas que te permiten disfrutar de las principales atracciones de la ciudad ahorrando tiempo y plata. Al final, decidimos no comprar ninguno de las dos, por el tipo de viaje que queríamos. La lista de lugares por visitar es larga. Hay que elegir, hay que priorizar. Les comparto dónde estuvimos y qué hicimos en cada lugar.

QUINTA AVENIDA – NOLITA – LITTLE ITALY – SOHO

Todo el mundo camina en Nueva York. Además de ser un placer, es la mejor forma de descubrir la ciudad. Manhattan la recorrimos a pie, de Sur a Norte. Un día, desde Union Square Park hasta Central Park, por la Quinta Avenida y Broadway. Llegamos al Flatiron Building, imponente y fotogénico. Si tienen hambre, al lado hay un Eataly y un Shake Shack, en el Madison Square Park. Seguimos subiendo hasta el Empire State, la Biblioteca Pública de Nueva York, Bryant Park, la iglesia de San Patricio, el Rockefeller Center con el Top of the Rock, el City Music Hall, la torre Trump y el Hotel Plaza, al frente de la icónica tienda de Apple. Otros días, en plural, recorrimos Soho, Nolita, Chinatown y Little Italy, que nos tocó en las fiestas de San Genaro: mercaditos, música y comida callejera por todos lados. Barrios bohemios llenos de tienditas de diseñadores independientes y restaurantes que se descubren caminando.

PD: La Citi Bike es una súper buena opción para recorrer la ciudad en bici. Son azulitas y solo necesitan una tarjeta de crédito para utilizarlas. Hay estaciones por todas partes :) 

OBSERVATORIOS

Pueden subir al Empire State, al One World Observatory o al Top of The Rock. Nosotros elegimos el último, por su vista al Empire State y al Central Park. Recorrimos el Rockefeller Center y a las seis de la tarde llegamos a la parte más alta, una hora perfecta para ver el atardecer. Salimos a las siete y media, cuando ya había oscurecido y la ciudad se llenó de luces. De día y de noche, dos experiencias completamente diferentes. La entrada cuesta 31 dólares por persona.

DISTRITO FINANCIERO – ESTATUA DE LA LIBERTAD

Llegamos en metro a la estación World Trade Center, donde está Oculus, una obra del arquitecto Santiago Calatrava que acoge en su interior un gran centro comercial con restaurantes y tiendas. Salimos y encontramos el Memorial del 9/11, tanta nostalgia, tantas historias por contar en la Zona Cero. Si quieren entrar al museo, vale 25 dólares por persona. Caminamos Wall Street y después nos fuimos en dirección a Battery Park, en búsqueda de la Estatua de la Libertad. Los asesores turísticos se acercaron a ofrecernos paquetes para ir a conocerla. Buses, botes, dos pisos, tres pisos, desde el agua, bajarte en Liberty Island y subir a la corona, en fin. A todos les agradecimos, pero ya nos habían recomendado caminar hasta la estación del metro Whitehall (también pueden llegar directamente en el metro) y allí tomar el ferri gratuito que pasa al frente de la estatua en dirección a Staten Island. Para nosotros era más que suficiente verla a esa distancia. Recuerden abordar el ferri por el lado derecho para ver la magnitud del monumento. Ese día almorzamos en Eataly Downtown.

BRYANT PARK

Nuestro parque favorito en Nueva York. Y suponemos, por la cantidad de personas que vimos, que también es el preferido de muchos. Entre rascacielos de todas las alturas, oficinas, taxis a la carrera y miles de personas caminando, encuentran un rincón verde, tranquilo y acogedor para disfrutar la ciudad con calma. Pueden entrar a Whole Food Market, comprar algo y sentarse a comer en la manguita o en los cientos de sillas que hay alrededor. Si les gustan los juegos de mesa, al lado del carrusel encuentran unas caseticas donde les prestan lo que quieran para entretenerse. También hay un Le Pain Quotidien.

BROOKLYN - WILLIAMSBURG

Buenos tenis y gafas para cruzar caminando el puente de Brooklyn. Tomamos el metro hasta la estación City Hall, donde inicia el recorrido. La derecha para los que vamos a pie, la izquierda para quienes van en bicicleta, que tocan la campanita y le gritan duro a todo el que se atraviese. Una foto, dos fotos, tres fotos. Esperar a que no venga mucha gente, pedirle a alguien el favor, pasarle el celular, sonreír y seguir. Una vez al otro lado, caminamos hasta Brooklyn Heights Promenade, un parque lineal donde se ve todo Manhattan. Después, un Uber nos llevó hasta Williamsburg Pizza. Dos porciones, dos Coca-Colas y seguimos caminando, cuarenta minutos más o menos, hasta White Street. Allí entramos a Westlight, un rooftop espectacular en el William Vale Hotel, por favor vayan. Por la nochecita caminamos hasta La Esquina (The Corner), donde comimos delicioso. Después recorrimos Belford Avenue y sus callecitas paralelas llenas de restaurantes, librerías y tiendas. A Williamsburg hay que ir, a nosotros nos encantó.

Otros recomendados:

- Ir a Dumbo (por una postal del puente de Brooklyn).
- Café Mogador (comida árabe fusión).
- Roberta’s (pizza en forma de corazón).
- Rosarito Fish Shack (sabores del mar).

CENTRAL PARK

Caminamos hasta Columbus Circle. Entramos al Time Warner Center y en lugar de visitar todas las tiendas de lujo que componen este centro comercial, preferimos bajar al sótano y volvernos locos en Whole Foods. Otra vez. Enorme y provocativo. Compramos cositas para irnos de picnic y a recorrer Central Park sin afanes. A este plan le pueden dedicar el tiempo que ustedes quieran. Son cuatro kilómetros de largo y casi uno de ancho. Encontrarán caseticas con puntos de información donde les regalan mapas para no perderse aunque, al final, igual se van a perder y así hay que disfrutarlo. Si no tienen mucho tiempo para recorrerlo andando, pueden hacerlo en bici o aprovechar el metro y hacer las paradas necesarias. Nosotros lo caminamos, hicimos una primera parada en el MET y continuamos hasta la calle 97. Dos días después volvimos, compramos dos hamburguesas en el Shake Shack del Museo Americano de Historia Natural (Upper West Side), una galleta gigante en Levain Bakery, que está muy cerca, sobre Amsterdam Avenue, y de nuevo: una manta y a comer en Central Park, donde todos los siete días de la semana son domingo.

TIMES SQUARE Y BROADWAY

Estaba tan cerquita de nuestro hotel que por más tarde que llegáramos, cansados, con dolor de pies, nos animábamos a ir aunque fuera un ratico. Siempre repleta de gente, de tiendas, de superhéroes disfrazados, de pantallas y luces led. Subíamos las escaleritas rojas y nos sentábamos a ver la multitud. Tantas culturas, tantos idiomas, tantas selfies, tanto movimiento, tanta magia. Caminas entre las callecitas y te encuentras con toda la oferta teatral de Broadway. Nosotros nos fuimos por un clásico de clásicos: El Rey León. Aunque no es el plan más barato, pueden conseguirse boletas a mitad de precio en la taquilla TKT, ubicada en Times Square (el mismo día de la función) o comprando con anterioridad por internet.

MUSEOS

Estuvimos en dos. Primero, en el MoMa –Museum of Modern Art– ubicado en pleno centro. Mi favorito. Fácil de recorrer, con piezas muy reconocidas -y reconocibles-, exposiciones itinerantes, espacios para crear abiertos al público y una tienda espectacular, a la que no pueden dejar de ir. La entrada al museo cuesta 25 dólares por persona, si son estudiantes muestran el carné y les vale 14 dólares. Si están por la zona, aprovechen y coman en The Halal Guys, un foodtruck de comida árabe. También fuimos al MET –Metropolitan Art Museum– el más grande de Estados Unidos, con obras muy famosas de pintores también muy famosos. Requiere más tiempo y más conocimiento del arte para disfrutarlo completamente. La entrada tiene un precio sugerido, pueden pagar lo que quieran por entrar.

CONEY ISLAND

Google Maps+Luna Park y en cincuenta minutos llegamos en metro a Coney Island. En la parte sur de Brooklyn, una escapada vintage, porque todo parece de otra época. Tiene una magia especial. Siempre he tenido una fascinación por los parques de diversiones. Cuando estaba pequeña me montaba en todas las atracciones de la Ciudad de hierro que iba dos veces al año a Ibagué y hoy, con 28 años, siempre busco un pretexto para subirme en alguna montaña rusa cuando viajo. ¡Me encantan! Pero a Coney Island fui por adrenalina y me quedé, además, por sus margaritas frappé, los perritos calientes de Nathan’s, su playa, su colorido, su ambiente, su atardecer. Si no les gustan las atracciones, no tienen que montarse en nada para disfrutar el plan, pueden pasear gratis por donde quieran porque las entradas se compran independientes. Las de adultos están entre 8 y 10 dólares. Las de niños, 4 dólares, más o menos.

No importa la temporada, si hace frío, si llueve o hace sol. Siempre hay belleza en Nueva York. Este fue el viaje que hice con mi esposo, estos fueron nuestros planes y los lugares que visitamos, en septiembre. Llenamos la maleta de las historias que queremos contar y compartir. Y volveremos. Volveremos a los rincones que nunca recorrimos, a las tiendas que nunca visitamos, a los restaurantes a los que no fuimos. Volveremos porque con tantas razones para amar esta ciudad, siempre encontraremos algo nuevo que hará único y especial cada viaje. Volveremos para conocer más de lo que cabe en un día, para dormir menos de lo que dormimos normalmente. Volveremos porque Nueva York es una ciudad que nunca se tacha en ese checklist de lugares por descubrir. Gracias por todas las recomendaciones que nos dieron, cumplimos las que pudimos y las que no, volveremos.

PD: ¿Qué les parece si entre todos seguimos creciendo la lista de cosas por hacer en NY? Los invito a comentar este artículo con sus recomendados, así todos podemos verlos y tomar nota.

Espero que les haya gustado y que la espera haya valido la pena. Sería muy feliz si me ayudan a compartirlo.

Un abrazo fuerte y morado,

Mari.

Comentarios

  • Cindy Medina 13-11-2017 10:11

    Mari, hicieron de todo!!! Pero es cierto, siempre existirán miles de razones para volver a NYC. Por ahora yo te sumo dos: comer helado negro de Coconut Ash en Morgenstern's Finest Ice Cream y helado en forma de pescadito en Taiyaki, completamente instagrameables!

    Mari 22-11-2017 17:11

    @Cindy Medina ¡Tan divina! Mil gracias por tus recomendaciones. Será volver para comer helados ricos y bonitos. Un abrazote.

  • Sara 13-11-2017 12:11

    No se puede ser más feliz viendo este artículo, demasiado detallado, tanto, que dan ganas de ir ya!!! En qué época fueron ustedes?

    Mari 22-11-2017 17:11

    @Sara Sara, mil gracias por haberlo leído. Fuimos en septiembre, del 13 al 22. Un abrazo.

  • Camila ramirez tobar 13-11-2017 12:11

    Increible todo lo que hicieron !! Me encanto el articulo !!

    Mari 22-11-2017 17:11

    @Camila ramirez tobar Te quiero mi Cami, muchísimas gracias.

  • Luz Mercedes Solano 13-11-2017 22:11

    Fue un gusto leer este artículo. Una bitácora de viaje muy personal y a la vez práctica. Gracias Mariana

    Mari 22-11-2017 17:11

    @Luz Mercedes Solano Merce, qué linda haberlo leído. Mil gracias por tu comentario, me encanta que te haya gustado. Un abrazote.

  • Isabel de velasco 14-11-2017 09:11

    Me han encantado todas las recomendaciones !os acabo de descubrir gracias a Carolina Ortiz y me encanta como escribes y tu página web.Soy española pero vivo en Italia . Vamos estas Navidades a NY con toda la familia .He alquilado un apartamento en Upper East Side con Airbandb. Ya os contaré !

    Mari 22-11-2017 17:11

    @Isabel de velasco Isabel, ¡hola! Mil gracias por haberte animado a leer el artículo completo. Quedo atenta a tus recomendaciones para agregar otras más a la lista. Buen viaje, un abrazo.

  • María Teresa 14-11-2017 16:11

    Hola qué maravilla de relato de fotos de emociones de todo. Si quisiera uno irse ya pero el frío x ahora tal vez no. Graciassss!

    Mari 22-11-2017 17:11

    @María Teresa Maria T, gracias a ti por leerlo. Yo también le tengo pánico al frío, pero sueño con volver en invierno. Algún día. Un abrazo.

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