Dos vestieres, un tocador, cuatro espejos, una ventana con vista a un bosque, música suave, aretas, zapatos, abrigos, clutch, más de 100 vestidos, muchos complementos y tres asesoras de imagen atentas a lo que quieres: sí, es el espacio ideal para encontrar lo que buscas. En Áncor Dresses encuentras el vestido que necesitas para ese matrimonio o para ese evento especial, encuentras la opinión de una clásica-elegante (María Alejandra), una fashionista (Sarah) y una moderna (Carolina), encuentras los complementos exactos, encuentras los tacones que te quedan y le quedan bien al vestido, encuentras el servicio de maquillaje y peinado, encuentras, sobre todo, una energía serena, un comentario bonito, una disposición absoluta para ayudarte, un ancla que te guía.

Porque comprar es mejor que alquilar, es otra de las razones por las que Áncor Dresses existe. Y en este punto de la historia hay que decir que, además de renovar prendas cada dos meses, —a veces los piden, otras viajan ellas mismas a comprarlos— se dan el lujo de traer solo un vestido por referencia.  Entrar al almacén es verlos colgados por tonalidades, como una paleta de colores perfecta, es notar que hay para todos los gustos. Para las arriesgadas y las clásicas. Las coloridas y las neutras. Las extravagantes y las sobrias. Para las que tienen 25 años y para las que cumplen 50.

La vida es coincidir y decidir. Coincidir con Áncor Dresses es decidir que tus fiestas tendrán su sello.