Volver a viajar. Un anhelo compartido por muchos, tal vez por todos. Volver a recorrer nuestro país, esta Colombia de paisajes increíbles, de colores vibrantes, de climas diversos, de mares, de montañas, de desiertos, de llanuras, de amaneceres y atardeceres, de pueblos mágicos, de gente amable, de sabores para el recuerdo. Viajar por una Colombia que está llena de vida. Y aunque ahora la movilidad esté un poco limitada por la pandemia, la imaginación sí tiene licencia para moverse en completa libertad. ¿Qué tal si ese viaje, entonces, comienza en la mesa?
La pregunta se la hicimos a 13 apasionadas por las mesas bonitas y bien servidas que en su día a día, y desde sus cuentas de Instagram, se dedican a compartir ideas e inspiración para que sean muchos más los hogares que le den un valor especial a la mesa y a todo lo que pasa en ella. El ejercicio creativo –sin ningún ánimo de competencia– era sencillo: esta Libreta morada les daría una serie de escenarios turísticos de nuestro país y ellas debían evocar y trasladarnos a esos destinos con una propuesta de mesa.
El resultado es un colorido viaje que va desde Providencia hasta el Amazonas, que recorre la Guajira, Mompox, Minca, Nuquí, Barichara, el Cocuy, Caño Cristales, el Valle del Cauca, el desierto de la Tatacoa, las salinas de Galerazamba y el Eje Cafetero. Un viaje lleno de ideas para nuestras mesas cotidianas, para añadirle un extra y transformar una ocasión ordinaria, para las novias y la decoración de su matri.
Les presentamos a las 13 invitadas especiales que le dijeron sí a ser guías por esta Colombia hecha de mesas. A ellas, muchísimas gracias por su tiempo, su dedicación, su talento, su generosidad, por el amor que le pusieron a cada detalle.
PAULA SIERRA
Instagram: @zonaehome
Destino: salinas de Galerazamba.
LAURA POSADA
Instagram: @jabalinas
Destino: El Cocuy.
Para conocer mejor a quienes están detrás de cada una de estas cuentas, y se animen a seguirlas y aprender mucho más de ellas, va una corta entrevista en la que descubrimos algunas curiosidades. Ahora sí, ¿listos para irnos de viaje?
GUAJIRA
“La Guajira es un lugar donde los colores vibrantes, entre naranjas y marrones, hacen juego perfecto con el azul profundo del cielo y del mar. Esas mantas y mochilas guayús, hechas a mano, que cuentan y relatan la historia de esta tierra, hacen y harán que siempre quiera volver. Por eso revivir mi viaje a la Guajira fue en gran parte mi inspiración.
Lo primero que hice fue escoger una gama de colores base, entre arenas y verdes que representan el desierto, y así poder mezclarlos con otros, como naranjas y amarillos, para marcar acentos. Luego, pasé a la recolección de elementos; para mi sorpresa, encontré tantas cosas que decidí montar dos mesas. Una opción muy apropiada si hay muchas personas o si es una comida de momentos, pues es flexible y permite que en la mesa donde nos sentemos siempre haya visibilidad y espacio cómodo para todos nuestros invitados.
Mesa para compartir
Usé como mantel una hamaca de color arena y unas cerámicas de mujeres guayús que puse dando la bienvenida a la mesa. También utilicé las riatas con que amarrán las mochilas para darles los toques de color y hacer un homenaje a los tejidos. Por último, después de distribuir los espacios, ubiqué las totumas tan representativas de esta cultura.
Mesa para sentarnos
Me considero con un estilo fresco, por lo que decidí poner la mesa al aire libre para disfrutar el buen dia y ubicarla en un pequeño rincón que le hace tributo al cerrejón, con unos imponentes cactus y piedras de carbón. Para el centro de la mesa, un camino de mesa tejido a mano, acompañado de los emblemáticos sombreros guayús, solo que esta vez jugaron el papel de macetas. Como detalle especial están las totumas, que son usadas por los pueblos originarios como implementos de cocina”.
Catalina Navarro - Cuscus - @cuscus_co
En el desierto de la Tatacoa
“Un lugar donde te sientes en otro planeta. Es verdad cuando dicen que este pedacito de Colombia es muy parecido a Marte; su color rojizo predomina, al igual que en mi mesa. Por eso no utilicé mantel, porque el tono intenso de las vetas de la madera me transportaban a este lugar tan especial. Los tonos secos como arena, marfil y gris contrastan divino con el verde de los cactus protagonistas de este brunch. Los detalles hacen parte de mi esencia y junto a La boutique de eventos, soñamos y creamos esta mesa llena de ellos: los platos de cerámica en forma de hoja seca son un detalle para mis invitados, para que lleven consigo un recuerdo memorable del desierto de la Tatacoa y para que, los que no lo conocen, se animen a ir a este maravilloso lugar.
Las hojas secas, el tronco, las rosas disecadas, las naranjas confitadas, la pimienta de olor, las astillas de canela y las piedras fueron pensadas especialmente para recrear la riqueza del desierto y su belleza exótica. Cada puesto es diferente, jugamos con la paleta de color, varias vajillas, creando un mix que rompiera un poco con la homogeneidad, ya que el desierto es un lugar de contrastes, formas y texturas diferentes. La inspiración fue infinita y el desierto y sus culebras de pieles hermosas no escaparon a ella, por eso la bandeja del buffet lleva esta textura.
Para el menú, me soñé un brunch, porque es uno de mis momentos favoritos y con El fondo de la olla creamos una estación de comida típica fusión. Una mimosa de tamarindo súper refrescante, las achiras no podían faltar, pan de yuca y regañonas para el alma. Pastel de mazorca tierna con pollo y mini tamales tolimenses (lo más coqueto de la mesa), selección de quesos locales con jalea de frutas de estación. Parfait de gulupa y saboyanos. Algunos frutos secos, maíz tostado y frutas. Todo con extra amor para esta invitación tan bonita. Gracias a La libreta morada por crear esta iniciativa de representar a Colombia desde nuestras mesas y darnos el maravilloso regalo de viajar con la mente y el corazón en estos momentos en que añoramos hacerlo físicamente”.
Pau Paerez - @paupaereze
“Minca, ese paraíso enclavado en las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta, fue el invitado a mi mesa. Me inspiré en el vestuario de la cultura arahuaca, en sus trajes blancos y en el tejido de sus mochilas, que utilicé para cubrir los floreros que son protagonistas. La madera, las flores, las hojas verdes, los pájaros, los individuales fabricados a partir de material reciclado, todo en esta mesa habla de naturaleza, del respeto que debemos tener por ella. Mi mesa Minca es un homenaje a la Madre tierra”.
Alba Yonari Castaño C. - @albayonari
“Una mesa que nos lleva a nuestra isla de Providencia. Quisimos tener un mantel azul de base, que representa la inmensidad del mar que la rodea. El mantel de yute, al centro, lo recogimos para que simulara tierra firme, y lo acompañamos de arena blanca y de conchas y corales que hemos recogido en nuestros viajes al mar. Las mini palmeras refuerzan la historia de esta mesa hecha Caribe. El nácar es protagonista no solo en la conchita para servir la entrada, sino también en los servilleteros y los portavasos. La vajilla y las copas, con sus formas orgánicas, evocan las siluetas propias de las olas del mar. La torta, una obra de arte, es un tributo a las bellezas que Providencia guarda en las profundidades de sus aguas”.
Lina Hinestroza y Daniela Giraldo H. - @masqueunamesa
“Esta mesa está inspirada en los distintos colores y las texturas de Caño Cristales. Al crear este concepto, elegí un menaje que fuera muy acorde con ese paisaje. El cristal, sin duda alguna, refleja el agua del río junto con un centro de mesa acompañado de texturas rocosas y flores que juegan muy bien con los cinco colores de este hermoso río”.
Amalia Isaza - @amadmesa_
“Mi mesa es un viaje a Barichara, uno de los pueblos más bonitos de Colombia. Elegí este destino porque lo he visitado y se ha quedado en mi corazón. Es un pueblo que está lejos de todo, pero tiene la magia suficiente para enamorar; un pueblo que conecta con la naturaleza, con todo lo que genuinamente te ofrece. Barichara tiene todo para cautivar. Sus tonos terrosos, sus enredaderas de colores, las texturas de sus piedras, del barro, del papel que allí se fabrica… Es un lugar silencioso, que transmite paz y mucha tranquilidad. Esa serenidad permite despertarse con el sonido de los pájaros, presentes en la vajilla de mi mesa. Usé Ivy para simular las enredaderas que adornan las esquinas, los curazaos y sus colores vibrantes y los cactus que acompañan los recorridos. Los tonos tierra y ocre están presentes en los individuales y las servilletas. Es como si Barichara me estuviera esperando (de nuevo) para volverlo mesa”.
Elisa Fernández - @eucaliptoyazucena
“Mi mesa está inspirada en los múltiples viajes que hemos hecho al Valle del Cauca. Una región que nos la hemos recorrido en moto y en bicicleta, dándonos la posibilidad de apreciar a fondo sus colores, texturas y sabores. Imposible no pensar en las rectas con cañaverales a lado y lado, los tonos de verde y marrón de los cultivos y la tierra, el azul del cielo, el fuerte viento, la empinada carretera hacia el Lago Calima con sus formaciones rocosas, el lago como tal, los shows de salsa, la alegría de su gente y el sabor maravilloso de su comida. Un menú para esta mesa incluiría uno de nuestros platos preferidos y una de las recetas que más han hecho quienes me siguen: encocado de camarón con patacón pisado de entrada, seguido por una ensalada con chontaduro, rúgula y tomates cherry. De plato fuerte, chuleta valluna y arroz. Y para el postre, obviamente, manjar blanco”.
Beatriz Gallo - @casatiz
“Un almuerzo al aire libre acompañados de la naturaleza, sus texturas, colores y aromas. Un viaje a lugares hermosos a través de la imaginación y las sensaciones que transmitimos con nuestra mesa. Esta, evoca ese bosque tropical tan colorido y hermoso que es el Amazonas, con su fauna exótica plasmada en los caminos que usé y su flora llena de vida que aporta alegría. Una foto del Amazonas nos transporta a ese lugar en la Tierra de verdes infinitos, de ríos caudalosos, de vida y movimiento. Así es esta mesa. Las artesanías no podían faltar: fibras naturales, madera, vasijas de barro y tantos elementos que se convierten en obras de arte de la mano de los artesanos. Encontramos también jaguares, mariposas, pájaros, flores, hojas grandes y pequeñas, todo lo necesario para disfrutar de un momento especial alrededor de una mesa que invita a sus comensales a ese lugar tan bello e imponente llamado Amazonas”.
Isabel Cristina López - @lossecretosdemimesa
Homenaje a Mompox
“Santa Cruz de Mompox es un lugar que tengo siempre en mis mejores recuerdos, no porque guarde con él alguna relación o parentesco, solo porque fue de los primeros viajes que hicimos con mi esposo, a quien llamaremos ‘mi chef’. Un lugar en donde nació nuestra Fundación Angelitos de Luz, por un bello niño llamado Rafa, quien a sus dos añitos necesitaba una cirugía de sus ojos y no tenía los recursos para hacerla. Hoy Rafael tiene 16 años y es un joven ejemplar.
Un día caluroso, de alguna época del año, estábamos en Cartagena y nos invitaron a Mompox. Mi esposo es una persona a la que le encanta explorar lugares especiales, así que no dudó en aceptar esta invitación. Aterrizar allí, sentir esos 32 grados, con una humedad de 69% por la cercanía al río Magdalena, y subirnos a un bicitaxi con este italiano, fue toda una aventura.
Desde el bicitaxi podíamos apreciar su arquitectura colonial, con sus iglesias y conventos construidos por jesuitas, franciscanos, dominicos y agustinianos; el importante hospital de San Juan de Dios (considerado el más antiguo de América), el ayuntamiento donde se firmó el Acta de Independencia de España, un 6 de agosto de 1810; por sus calles se vivió tanta historia de nuestro país, que podíamos sentir esa energía única que tiene esta zona.
Entramos a conocer distintas casas coloniales, con sus característicos jardines internos, que hacen únicas estas ciudades coloniales. Mi italiano fascinado, quería hasta tener una casa a la orilla del río, jajajajaja, pero como ya lo conocía con sus emociones e impulsos, lo dejé ilusionarse para después hacerlo desistir, no porque no me gustara el lugar, solo porque como les dije al comienzo, no tengo vínculo con la zona.
Pero hablemos de mi mesa. Mompox le debe su nombre al gran cacique Mompoj, quien con su tribu dejaron como herencia la orfebrería. Viendo esto los españoles, llegaron los artesanos sevillanos, reconocidos por su habilidad para trabajar el oro. Fue así como este pueblo se convierte en la cuna de la filigrana, una práctica ancestral milenaria que fue transmitida por los árabes a los españoles.
Sabiendo esto, llegamos a las casas de familias tradicionales que se dedican a este arte y la que quedó deslumbrada con su trabajo fui yo. Un arte que expresa todo lo interior de su creador en piezas únicas que deleitan con su belleza. La filigrana es una técnica basada en adelgazar diferentes metales para crear figuras inimaginables. Su nombre lo dice: filos, hilos; y grana, granos. Se inspiran, especialmente, en la naturaleza. De allí nace mi puesta en escena: dorado en piezas de filigrana como servilleteros y el blanco típico de la colonia, en un ambiente decorado con cojines y figuras árabes en la pared. Espero lo disfruten y puedan viajar en mi mesa a este lugar de ensueño llamado Mompox”.
María Paola Mejía - @lamesademariap
“Para mí, el hogar es el refugio sagrado del corazón. ¡Qué mejor inspiración para crear una mesa que los lugares mágicos y escondidos que tiene nuestro país! Nunca he estado en Nuquí, pero cuando empecé a poner la mesa, me transporté. Es la hora del almuerzo, se escuchan las olas suaves del mar, el viento sopla y bate la hojas de todos los árboles de este paraíso escondido. Los pájaros cantan, la variedad de aves es inmensa y tan mágica como sus selvas, mares y manglares. El mar infinito y los ríos que bañan a este hermoso destino colombiano están en los platos y copas azules. Todas las plantas de la mesa evocan ese Nuquí de vegetación exhuberante, a la combinación exótica y perfecta de mar y selva. Su tierra fértil y su variedad de hierbas aromáticas y hortalizas me llevó a hacer el color verde el protagonista. La canoa son los pescadores y las velas, los hermosos atardeceres del Pacífico. Nuquí, hasta la vista”.
María Camila Valencia - @mariavalen20 - @myhomebymariavalen
Con aroma de café
“Momento del día: desayuno entre cafetales. Una mesa inspirada en el paisaje cultural cafetero, una región en la que sus cultivos de café se confunden con la gran diversidad de flora y fauna que se expresa con infinidad de colores, formas y texturas. Paisajes que rodean las hermosas y coloridas casas de arquitectura de la colonización antioqueña. Estas casas llenas de amor en donde las familias, alrededor de una mesa y deliciosa comida, comparten sus anécdotas y viven una vida en calma, en esta región que es un verdadero paraíso.
Siempre recordando el legado de nuestros ancestros, mi mesa está llena de detalles: la peladora de café, el clásico jeep Willys, heliconias, granos de café, vajilla de peltre, individuales tejidos por artesanos quindianos, pájaros nativos de la región, plátanos, pañoletas usadas como servilletas estampadas con pájaros y ramas de la mata de café, vajilla estilo Carmen de Viboral, poncho, carriel y sombrero. Todos estos elementos hacen parte de nuestra cultura, de nuestras raíces, de ese Eje Cafetero que nos llena de orgullo”.
“Bienvenidos a un recorrido por los senderos de la Madre Tierra. Es ella la que nos recuerda que la naturaleza es sabia y la vivimos para inspirarnos. Nuestra mesa es la recopilación de las aguas saladas y las caricias de la arena; el centro es la abundancia del agua que con sus tonos rojizos recorre toda la mesa y los corozos son los fieles acompañantes del mar. El sol, que con su propia luz hace vibrar la vida silvestre, termina de complementar nuestro viaje a las Salinas de Galerazamba”.
Paula Sierra - Zona E Home - @zonaehome
“Mi inspiración fue un viaje, fue ese primero de diciembre caminando hacia el pico Ritacuba Blanco y la satisfacción de lograrlo, con tanto esfuerzo. Mi inspiración fue Boyacá, la Sierra Nevada El Cocuy o Guicán, sus paisajes y sus elementos bonitos: la lana, la nieve, las plantas afelpadas y gorditas, la comida caliente, la gama de color, entre grises, blancos, verdes y azules; la luz brillante, porque allí el sol es distinto; las montañitas de piedras que acompañan las caminos… Mi inspiración fue mi jardín: recorrerlo y elegir lo que me transmitiera y me transportara a ese viaje, a ese primero de diciembre… Todo está aquí, en esta mesa”.
Laura Posada - Jabalinas - @jabalinas
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