Un sí a los lunes festivos sin alarmas programadas, al placer de pasar más horas entre las cobijas, a la libertad de poder levantarnos más tarde. Un sí al desayuno que se junta con el almuerzo y al genio que lo resumió en una palabra: brunch. Un sí a las fotos que nos compartió Moni, de Meme Historias, del matri de Luisa y Jose –dos amigos cercanos a esta Libreta- que eligieron hacer uno para su celebración. Porque es su mejor plan el fin de semana, porque aman comer, porque el desayuno es la comida que más los emociona, porque se mueren por el dulce, porque más que de fiestas son de momentos tranquilos. Un sí a los novios que deciden ser fieles a su esencia, a sus pasiones, que van su ritmo.

Un sí -siempre- a la decoración de Dani, de Otoño y Lavanda; a esta propuesta tan bonita de tener centros de mesas (literalmente) comestibles: con uvas, fresas, toronjas, ciruelas, palitos grisines con dip de pimentones y tocineta... A todas las delicias preparadas por Carolina Gómez para la mesa central del brunch, un bufet que hizo que todos los invitados se sintieran como en casa. Un sí al trabajo de los proveedores que hacen parte de esta Libreta, que acompañaron a Luisa y a Jose en su día: a Lore, de La Pec, por dejar tan linda a la novia; a Maria, de Zawadzky, por sus complementos que dan brillo; a Saris, de Peccato, que puso la cuota dulce con sus tortas de zanahoria, red velvet, chocolate y amapola; a Nótt, por creer en las buenas alianzas y diseñar una bata en colaboración con esta Libreta morada. 

Un lunes festivo (como este), un sí (a tantos detalles), un brunch (para dejar la cama y salir a buscar uno). ¡Antójense!