Cake Home a dulces cucharadas

Apuntes

Cuando nos hicieron la invitación no sabíamos si reír o llorar. Reír (y agradecer), porque qué delicia ir al taller de Cake Home a vivir como si fuéramos unos novios –que no lo somos, tampoco esposos– la renovada experiencia que tienen para que ellos prueben y se enamoren de sus tortas y postres. Llorar (obvio, es una exageración), porque el plan significaba incumplir esa promesa que muchos nos hacemos a principio de año: “Ni un dulce más, empiezo dieta”. Bueno, nada qué hacer, primero el deber, dijimos.

Viernes, 9 a.m. Llegamos a la cita (casi) en ayunas, preparados para un desayuno muy dulce. El encuentro con Caro y Dani, de Cake Home, y con Daniel –de Agustín Bedoya Fotografía–, quien iba a registrar con su lente esta prueba, fue en una salita especial que está a la entrada de su taller-cocina donde reciben a quienes las visitan: novios, wedding planners, amigos. Paredes blancas, muebles de madera clara, una mesa larga con bancas a lado y lado; al centro, candelabros, un camino de liencillo y una botella con flores y follaje.

El hecho de no contar con un punto de venta y no tener siempre sus productos disponibles llevó a Caro y a Dani, madre e hija, a repensar la experiencia de las degustaciones con novios y wedding planners. Definieron, entonces, que dejarían las pruebas para los viernes, de 9 a.m. a 2 p.m. Cinco citas, previamente agendada, de una hora cada una. ¿Por qué el viernes? Porque es su día de montaje, y aunque es cuando tienen más trabajo, también cuando cuentan con más de sus preparaciones (que no llegan a ser todas). ¿Por qué cada cita de una hora? Porque para ellas es importante conocer a los novios. Porque Caro es muy buena conversadora y siempre saca su cuaderno para anotar cuándo se casan, dónde, cuántos invitados tienen, quién es la wedding planner o la decoradora... Porque su pasión por los matrimonios es tanta que no se cansa de escuchar historias de amor, con todos sus detalles; porque le encanta tomar nota del estilo de los novios, lo que les gusta y lo que no, conectarse con ellos. 

Pero bueno, a lo que fuimos. La prueba comenzó con las tortas. Dani trajo a la mesa una bandeja de mármol con dos cucharitas doradas y ocho bolitas de crema, milimétricamente puestas, con algunos sabores de sus rellenos: mantequilla de maní, fresa, queso crema, biscotti, pistacho, tiramisú, limón y avellana. En la otra bandeja, una laja negra, pequeñas porciones de torta de vainilla, chocolate y red velvet. Y había más: una mini torta de zanahoria y un mini bizcocho.

Empezamos. Sin reglas, sin protocolo. La fórmula era simple: combinar, probar, saborear, sonreír, repetir. Sentir los rellenos, suaves y cremosos, y lo esponjoso de las tortas. Y aunque el ejercicio es libre, la experiencia de las anfitrionas hace que se animen a dar sus sugerencias: “probá queso crema con red velvet, también con avellana”, “¡mantequilla de maní y chocolate es deliciosooo!”, “pistacho es más rico con vainilla”, “limón y vainilla o también con nuestra torta de amapola”, “fresa, con vainilla o chocolate”, “¿el crocantico del biscotti con la torta de chocolate?”… La torta de zanahoria, un clásico de Cake Home, es tan aromática –tiene nuez moscada, clavos de olor, canela, jengibre– que siempre, siempre, la acompañan con un relleno neutro de queso crema.

El bizcocho de novia, de odios y amores, dice Caro que sigue vigente. ¿La prueba? Hace poco, cuenta, batieron 19 en una misma semana. “Una torta rica te la puedes comes cualquier día, un bizcocho hay que esperar a que alguien se case”, suma otro argumento. Ellas –Caro, Dani, la abuelita Tita, las tías Hilda y Miriam, parte del encanto de la prueba es descubrir ese universo femenino de la cocina Cake Home– supieron darle un giro: reemplazaron el tradicional vino de torta por un vino tinto “más finito” que les ayuda a graduar la cantidad de azúcar; también cambiaron esa capa blanca y gruesa que la mayoría suele dejar en el plato por una cobertura de ganache de chocolate, “más moderna”. Un dato que impresiona: por cada libra de bizcocho utilizan (pican) ¡1200 gramos de fruta!

Un vaso de agua, un respiro (necesario) y bienvenidos los postres. Nueve. No eran todos los que preparan, solo los que tenían en la lista de entregas para ese fin de semana. Para nosotros, en ese punto, eran más que suficientes. Aquí, la lista de delicias: en la primera línea, profiterol relleno de crema pastelera con caramelo salado, milhoja rellena con dulce de leche argentino y crema diplomática y tartaleta de chocolate; en el medio, un dacquoise o merenguito de almendra con un copetico de queso mascarpone y frutos rojos, una mini tarta de almendra con relleno de limón y frutas y, al lado, un cheesecake horneado; y en la última línea, tres postrecitos en copas –limón, maracuyá y arequipe con coco–. Listos los mordiscos, listas las cucharas, nada más para agregar.   

Pero no crean que todo fue comer y comer. También hicimos varias preguntas. Les compartimos algunos (buenos) datos y consejos, en palabras de las expertas. Y, por supuesto, todas las fotos del día en que desayunamos con tortas y postres, del día antes de empezar a cumplir la promesa de inicio de año (en febrero). A Caro y a Dani mil gracias por la invitación. Siempre será un placer ver (y probar, a quién engañamos) de cerca un trabajo hecho con los mejores ingredientes: amor, pasión y cuidado por los detalles. Tomen nota (novios) de sus claves y ¡buen provecho visual para todos!

Fotos: Agustín Bedoya Fotografía

PALABRAS DE EXPERTAS

- “Normalmente por cada libra de torta salen 30 porciones. Así se hace el cálculo”.

- “Una mesa de postres debe tener, mínimo, dos productos por persona. Si esta opción se sale del presupuesto, una buena idea es elegir un solo producto y ponerlo en el puesto de cada invitado”. 

- “Las tortas terminan siendo una muy buena opción de postre, porque nadie las toca hasta el final de la comida. La mesa de postres interactúa durante toda la fiesta, no hay que estresarse porque los postres se acaben antes o después”.

- “Sino se tiene mucho presupuesto para una mesa de postres se puede pensar en una con otros dulcecitos: macarrones, trufas, alfajores, brownies, mini donas, también funciona muy bien”.

- “¿Con cuánta anticipación hacer la prueba de postres? Lo más rápido que posible. A las novias siempre les digo que entre más cosas ‘chuleen’, más tranquilas van a estar al final”.

- “Siempre transportamos nuestras tortas y postres al lugar del matrimonio. Nunca lo delegamos. Llevamos espátula, crema, arreglamos… Ya se nos dañaron muchas cosas, ya sabemos cómo no se nos dañan. Además, nos encanta decorar: con flores, con toques verdes, con frutas. Dejar las mesas bonitas, hacerlas protagonistas”.

- “Nuestros rellenos son a base de ganache de chocolate, que es una mezcla de chocolate y crema de leche. Es un relleno suave, cremoso, que se puede comer a cucharadas sin problema”.

- “Todos nuestros postres de copa son a base de crema de leche y yemas, por eso la consistencia es tan cremosa, aun cuando están al clima”.

- “Después de la prueba seguimos en contacto con los novios, en constante comunicación, abiertas a hacer cambios, a proponer otras ideas. La misma semana del evento podemos modificar cantidades”.

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